PRIMERA
LECTURA
Lectura del
libro del profeta Malaquías. Mal 1, 14b — 2, 2b. 8-10
Os habéis separado del camino recto y habéis
hecho que muchos tropiecen en la ley
YO soy un gran rey,
dice el Señor del universo,
y todas las naciones temen mi nombre.
Esto es lo que os mando, sacerdotes:
Si no escucháis y no ponéis todo vuestro corazón en glorificar mi nombre, dice el Señor del universo, os enviaré la maldición.
Os habéis separado del camino recto y habéis hecho que muchos tropiecen en la ley, invalidando la alianza de Leví, dice el Señor del universo.
Pues yo también os voy a hacer despreciables y viles para todo el pueblo, ya que vuestra boca no ha guardado el camino recto y habéis sido parciales en la aplicación de la ley.
¿No tenemos todos un mismo padre?
¿No nos creó el mismo Dios?
¿Por qué entonces nos traicionamos unos a otros profanando la alianza de nuestros padres?
dice el Señor del universo,
y todas las naciones temen mi nombre.
Esto es lo que os mando, sacerdotes:
Si no escucháis y no ponéis todo vuestro corazón en glorificar mi nombre, dice el Señor del universo, os enviaré la maldición.
Os habéis separado del camino recto y habéis hecho que muchos tropiecen en la ley, invalidando la alianza de Leví, dice el Señor del universo.
Pues yo también os voy a hacer despreciables y viles para todo el pueblo, ya que vuestra boca no ha guardado el camino recto y habéis sido parciales en la aplicación de la ley.
¿No tenemos todos un mismo padre?
¿No nos creó el mismo Dios?
¿Por qué entonces nos traicionamos unos a otros profanando la alianza de nuestros padres?
Palabra de
Dios.
REFLEXIÓN
PROFESIONALES
DE LOS RITOS
El profeta Malaquías levanta su voz contra todos los
responsables del pueblo que están haciendo que ande como ovejas sin pastor y,
más concretamente, se dirige a los
sacerdotes y agentes de la religión que lo han reducido todo a unos ritos
vacíos, sin vida alguna y marcados por el interés del dinero, mientras que esos
ritos están completamente desconectados de la vida y la moral no es una
búsqueda del bien y de la paz, sino la justificación religiosa de una práctica
deshonrosa y corrompida que está haciendo que la alianza se convierta en una
maldición insoportable para el pueblo y no en una bendición.
Esta forma de vida y de incoherencia de los sacerdotes,
está haciendo que la comunidad se divida y pierda la fe en Dios Padre, único y
bondadoso. Con su actitud han hecho que la comunidad se convierta en un espacio
de ritos vacíos, incapaz de fomentar la unidad y la fraternidad y, sobre todo,
incapaz de fomentar una actitud comprometida con la vida: “porque os fijáis en las personas al aplicar la ley. ¿No tenemos todos
un solo padre? ¿No nos creó el mismo Señor? ¿Por qué, pues, el hombre despoja a
su prójimo, profanando la alianza de nuestros padres?"
La denuncia de Malaquías puede extrapolarse a nuestros
días en los que cobra una actualidad enorme, cuando te encuentras gestos como
el que acabamos de vivir, en donde un grupo de sacerdotes en Cataluña con algún
obispo, toman una opción política apoyando la división y la destrucción del
país, convirtiéndose en un escándalo nacional.
Salmo
responsorial
Sal 130, 1. 2. 3
R/. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
V/. Señor, mi
corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R/.
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R/.
R/. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
V/. Sino que acallo
y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre;
como un niño saciado
así está mi alma dentro de mí. R/.
como un niño en brazos de su madre;
como un niño saciado
así está mi alma dentro de mí. R/.
R/. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
V/. Espere Israel en
el Señor
ahora y por siempre. R/.
ahora y por siempre. R/.
R/. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la
primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses. 1 Tes 2, 7b-9. 13
Deseábamos entregaros no solo el Evangelio de
Dios, sino hasta nuestras propias personas
HERMANOS:
Nos portamos con delicadeza entre vosotros, como una madre que cuida con cariño de sus hijos.
Os queríamos tanto que deseábamos entregaros no solo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no ser gravosos a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios.
Por tanto, también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque, al recibir la palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios que permanece operante en vosotros los creyentes.
Nos portamos con delicadeza entre vosotros, como una madre que cuida con cariño de sus hijos.
Os queríamos tanto que deseábamos entregaros no solo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no ser gravosos a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios.
Por tanto, también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque, al recibir la palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios que permanece operante en vosotros los creyentes.
Palabra de
Dios.
REFLEXIÓN
PROTOTIPO
DEL PASTOR
Pablo hace una confesión mostrando su intimidad: “Os teníamos tanto cariño que deseábamos
entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas”.
Confiesa que siente por ellos lo que una madre siente por sus hijos, hasta el
punto que estaría dispuesto a dar la vida por la comunidad.
Este amor de Pablo a la comunidad es un ejemplo del amor
de Dios que ya no es una idea, una posibilidad, sino una realidad hecha patente
en Jesucristo que ha sido entregado a la muerte por nosotros.
Ahora Pablo, con el mismo cariño que una madre cuida y
alimenta a sus hijos, así él, que los ha engendrado en la fe, los cuida, les
entrega el mensaje, no solo con sus palabras, sino con su vida, entregándoles
con ellos su misma persona, por lo que renuncia a sus propios derechos en
beneficio de la comunidad.
Pablo deja constancia de lo que es un verdadero apóstol,
un pastor que en el horizonte de su vida no tiene otro interés ni otro objetivo
que el bien y la salvación de sus ovejas.
Esta imagen y mensaje tienen hoy una actualidad enorme,
aplicable no solo para sacerdotes, sino para padres, maestros, dirigentes de la
sociedad que aceptan la misión de luchar por el bien y la salvación de un
pueblo, aun a costa de su propia vida.
Aleluya
Mt 23, 9b. 10b
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Uno solo es vuestro Padre, el
del cielo;
y uno solo es vuestro maestro, el Mesías. R/.
y uno solo es vuestro maestro, el Mesías. R/.
EVANGELIO
✠ Lectura del santo Evangelio
según san Mateo. Mt 23, 1-12
Ellos dicen, pero no hacen
EN aquel tiempo, habló Jesús a la gente y a
sus discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbí”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor.
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbí”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
LA
INCOHERENCIA
Si nos detenemos en la lectura del evangelio, podremos
ver cómo una de las actitudes y formas de actuar que Jesús no puede tolerar es
la mentira con la que se aparenta una cosa mientras se vive y se piensa otra.
Arremete contra esa actitud de vida de una forma fortísima, hasta el punto que
pone a los dirigentes de la sociedad contra las cuerdas.
En el pasaje que nos trae la liturgia, lo vemos
enfrentándose a los que se atreven a proclamarse “maestros” de algo que no
creen ni viven, pero exigen a los demás que lo cumplan y lo viven de forma que,
ha quedado ya como dicho popular: “Haz lo
que yo te diga, pero no hagas lo que hago yo”.
Esta actitud de
incoherencia y falsedad es incomprensible e intolerable, de modo que establece
como norma de aquellos que quieran seguirlo la coherencia radical y una
claridad meridiana en la vida.
La búsqueda de
puestos y títulos dentro de su camino es algo que no se puede tolerar ni
aceptar: “no os dejéis llamar maestro,
porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no
llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre,
el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro
consejero, Cristo”.
La verdadera
actitud que le cabe a un seguidor suyo es la de “servidor del reino” para los
demás, todo lo añadido no es propio de un apóstol: “El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece
será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
Esta actitud de
Jesús es necesario traerla y actualizarla a cada momento a la comunidad y a la
iglesia en general, pues estamos viendo cómo en el ambiente se ha impuesto la
mentira como norma, de tal forma que se está llegando a creer todo lo contrario
de lo que proclama el evangelio: nos dicen que estemos tranquilos que no pasa
nada, que está todo controlado mientras estamos viendo cómo se viene abajo todo
y la gente va a la cárcel, se monta una crisis o hay un atentado, de tal forma
que estamos llegando a creer por inercia todo lo contrario de lo que se nos
dice.
Hoy estamos viendo y oyendo a
maestros que se presentan criticando y oponiéndose a lo que se intenta hacer,
pero ninguno da soluciones al problema que nos destruye, pero se sitúa en la
oposición negándose a todo lo que se hace sin ofrecer alternativas.
Por otro lado estamos viendo cómo se
ponen condenas ejemplarizantes a los pequeños y se les manda a la cárcel para
aparentar que se practica la justicia, mientras por otro lado vemos que los
realmente peligrosos quedan libres y siguen imponiendo su voluntad sin que
nadie les moleste.
Todo esto va haciendo que se pierda
la credibilidad y la confianza en aquellos que dirigen o gestionan las leyes.
Aquello que se confiesa debe quedar ratificado con una acción coherente que lo
realice, de lo contrario, el efecto que se produce es completamente negativo y
contrario.