PRIMERA LECTURA
Yo no te
olvidaré
Lectura del libro de Isaías. Is 49, 14-15
SIÓN decía:
«Me ha abandonado el Señor,
mi dueño me ha olvidado».
¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta,
no tener compasión del hijo de sus entrañas?
Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré.
«Me ha abandonado el Señor,
mi dueño me ha olvidado».
¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta,
no tener compasión del hijo de sus entrañas?
Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
DIOS ES FIEL
El texto del profeta Isaías que nos
ofrece la liturgia de hoy nos presenta la situación en la que se encuentra el
pueblo de Dios que ha sido deportado a Babilonia y las huellas de Yahvé se
están borrando en la mente y en el corazón de la gente debido a la presión que
se está haciendo desde fuera que está acabando con todas las raíces culturales,
religiosas y afectivas del pueblo.
En esta situación, el pueblo siente
que el mismo Dios se ha olvidado de él, ya que ha quedado fuera de toda la
trama de su vida; las promesas que fueron enseñadas por los antepasados son
algo que suena a cuento y no alienta a ninguna esperanza, hasta el punto que
empieza a entrar la resignación de aceptar la situación como algo que es así y
que no tiene remedio.
La situación tiene una gran
actualidad al ver a tanta gente que ha perdido la esperanza y acepta con
nostalgia que jamás se volverá a recuperar el aprecio por grandes valores, como
el respeto a la persona, el amor al trabajo, la amistad, el valor de la
palabra, el aprecio a la verdad, el respeto a la convivencia… y volvemos a
tener la sensación de que Dios nos ha dejado a la deriva, ya que ese fue el
camino que nosotros decidimos, cuyas consecuencias estamos sufriendo.
A
esta situación se opone el profeta y sale al encuentro haciéndole ver al pueblo
que, aunque estén sufriendo las consecuencias de la determinación que tomaron,
Dios no se identifica con esa situación, ni tampoco ha echado marcha atrás,
como ellos están pensando; aunque ellos lo hayan abandonado, lo hayan
despreciado, Dios no los ha dejado; y propone la comparación del amor de una
madre por su hijo: ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no
conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, yo no te
olvidaré.
Así es: aunque una madre haya
perdido lo más grande que tiene, que es el instinto que le lleva a acoger y
apiadarse de su hijo, Él no lo hará.
Estas palabras tienen un eco especial
de esperanza para nuestros días: Dios está ahí, inquebrantable, esperando que
nos demos cuenta de nuestro extravío.
Salmo
responsorial
Sal 61, 2-3. 6-7. 8-9ab (R/.: 6a)
R/. Descansa sólo en Dios, alma mía.
V/. Sólo en
Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R/.
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R/.
R/. Descansa
sólo en Dios, alma mía.
V/. Descansa
sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R/.
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R/.
R/. Descansa
sólo en Dios, alma mía.
V/. De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme, Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él
desahogad ante él vuestro corazón. R/.
él es mi roca firme, Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él
desahogad ante él vuestro corazón. R/.
R/. Descansa
sólo en Dios, alma mía.
SEGUNDA
LECTURA
El Señor
pondrá al descubierto los designios del corazón
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 4,
1-Hermanos:
Que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, lo que se busca en los administradores es que sean fieles. Para mí lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor.
Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá de Dios lo que merece
Que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, lo que se busca en los administradores es que sean fieles. Para mí lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor.
Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá de Dios lo que merece
Palabra de Dios
REFLEXIÓN
DISTINTIVO DEL VERDADERO APÓSTOL
En la lectura
que nos presenta hoy la liturgia vemos a S. Pablo haciendo frente a las
dificultades que existen en la comunidad de Corinto, en donde la gente ha
confundido la fe con una doctrina y a los apóstoles con maestros de doctrinas a
los que se han unido. Pablo sale al frente y les indica que en la iglesia no
existe, ni puede existir esta forma de hacer ni de pensar, pues nadie es algo
en la iglesia, sino simples servidores de la gracia que Dios nos ha dado en
Jesús, que es el único aprobado por Dios y en el único en quien podemos creer y
a quien podemos prestarle adhesión.
Les pide que con respecto a él, lo
consideren un servidor fiel del misterio que Cristo le ha encomendado; por lo
tanto, el juicio sobre la forma de hacer las cosas, solo le corresponde a Dios
hacerlo.
Lo importante es la fidelidad que el
servidor ha de tener al carisma que se le ha dado para que realice el servicio
que se le ha pedido, para el que El Espíritu Santo lo ha capacitado. La actitud
que ha de tener el evangelizador es la de disponibilidad absoluta a Dios y una
entrega total a la causa y a los que se les sirve, que es el único signo por el
que se le distingue a un verdadero de un falso apóstol de Jesucristo. Dejen que
Dios sea quien decida, es Él quien ha de pedir cuentas a cada uno de sus
servidores
Aleluya
Hb 4, 12
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. La palabra de Dios es viva y eficaz;
juzga los deseos e intenciones del corazón. R/.
juzga los deseos e intenciones del corazón. R/.
EVANGELIO
No os
agobiéis por el mañana
✠
Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 6, 24-34
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gante de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».
«Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gante de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
EL CULTO AL DIOS
DINERO
Acaba de llegarme uno de esos
correos que andan por las redes en el que se dice que un diputado recibe 870 €
como dieta para comer, aparte de lo que recibe por el resto de gastos, mientras
que un obrero recibe 648 € como sueldo base. La conclusión que se hacen es la
siguiente: “Cuando un diputado gasta más en comer que un obrero en vivir, es
porque algo anda mal” ¡Y tanto que sí!
Pero lo malo es que ya nos hemos
acostumbrado a que esto tiene que ser así y lo vemos como normal y hasta justo,
de tal forma que, si estuviéramos en ese puesto, exigiríamos lo mismo, porque
al fin y al cabo hemos hecho, de una manera o de otra, una opción por el dinero
y lo hemos puesto como nuestro máximo objetivo; por eso, cuando alguien actúa
así y lo vemos que fue diciendo que su interés era el servicio del pueblo y
luego lo vemos condescendiendo con esto, cosa que vemos es aceptada por todos
sin excepción, sean del color que sean, pues estamos viendo que por esto nadie
hace problemas, ni protesta, nos damos cuenta de cuánta razón tenía Jesús al
decir: : “No podéis servir a
Dios y al Dinero”.
Es imposible e inimaginable que Dios entre en estos
esquemas y los acepte o los justifique, viendo cómo a los indefensos se les
estruja hasta el extremo y no se les deja respirar, pues son objetivo del peso
de la ley, mientras otros, los que sirven al dinero, viven a todo tren.
Y es por eso, por lo que es imposible recuperar la
confianza en ellos, pues no pueden trabajar por hacer el mundo más humano y
fraterno, por hacer que la persona sea respetada por encima de cualquier otro
valor; la avaricia, la codicia, el poder, hacen que se establezca una forma de vivir
que está por encima del bien y del mal y les importa un bledo Dios, la persona,
la justicia, el orden, la fraternidad… quien se pone al servicio del dinero, se
convierte en un miserable que a la postre es un auténtico cáncer de la
humanidad que va matando todo lo que toca.