DOMINGO III DE CUARESMA -C-

PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro del Éxodo 3, 1‑8a 13‑15f

«Yo soy» me envía a vosotros

 

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. 

El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. 

Moisés se dijo: 

-“Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.” 

Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: -“Moisés, Moisés.”

Respondió él: 

-“Aquí estoy.” 

Dijo Dios: 

-“No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.” 

Y añadió: 

-“Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.” 

Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios. 

El Señor le dijo: 

-“«He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel.” 

Moisés replicó a Dios: 

-“Mira, yo iré a los israelitas y les diré:  

"El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros." 

Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿Qué les respondo?”

Dios dijo a Moisés: 

-“´Soy el que soy´; esto dirás a los israelitas: "'Yo‑soy' me envía a vosotros".” 

Dios añadió: 

-“Esto dirás a los israelitas: "Yahvé (El‑es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Éste es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación".” 

Palabra de Dios.  

 

REFLEXIÓN   

 

DEJARSE UTILIZAR COMO INSTRUMENTO  

 

El pasaje del libro del Éxodo que nos trae hoy la liturgia, narra la llamada que Dios hace a Moisés, de la misma manera que el domingo pasado nos presentaba la llamada hecha a Abrahán.

            A Abrahán le pide que se fie de Él, que lo deje todo y se marche hasta donde Él le indique; a Moisés, en cambio, también le pide que deje la comodidad en la que se ha instalado y vaya a su pueblo que permanece bajo la esclavitud de Egipto y lo libere.

            Sigue repitiéndose la misma tónica en todas las llamadas: Dios no es extraño a la vida y a la historia de su pueblo: la voz de los oprimidos llega a su presencia y Él no es sordo ni impasible al dolor de los que sufren.

            De todas formas, Dios quiere hacerle tomar conciencia a Moisés de que la liberación es también cosa de ellos; no pueden esperar a que les venga todo resuelto; ellos se han metido en esa situación y son ellos los que han de poner de su parte para salir de donde están. Esa liberación de la esclavitud será el signo de la salvación que el Señor da y de su presencia entre ellos.

            Moisés rechaza la propuesta de Dios, pues se siente indigno e inútil para realizar la obra que Dios le pide; además, él tiene problemas con los egipcios, pues ha matado a uno y andan buscándolo, no tiene aval moral ante el pueblo.

            Después de un tira y afloja con Dios, Moisés acepta la misión y le pide a Dios que le diga su nombre, pues conocer el nombre en la mentalidad israelita es poseer su persona y, sobre todo, para presentarse delante del pueblo como alguien que lleva una misión, es necesario saber en nombre de quién se va como superior que lo envía.

            De esta forma, puede invocar su nombre en cualquier situación que lo necesite. YHWH= (Yo soy el que soy) es una forma de decirle que él no lo puede entender, pues significa: la causa 1ª del existir; significa también “El que está presente y el que existirá siempre”.

            Dejarse en sus manos y actuar como su instrumento será la clave de la respuesta que ha de dar a la llamada que Dios le hace.

 

 

Salmo responsorial Sal 102, 1‑2. 3‑4. 6‑7. 8 y 11 (R.: 8a)

 

R. El Señor es compasivo y misericordioso. 

 

Bendice, alma mía, al Señor,

y todo mi ser a su santo nombre.

Bendice, alma mia, al Señor,

y no olvides sus beneficios. R

R. El Señor es compasivo y misericordioso.. 

 

Él perdona todas tus culpas

y cura todas tus enfermedades;

él rescata tu vida de la fosa

y te colma de gracia y de ternura. R.

R. El Señor es compasivo y misericordioso.  

 

El Señor hace justicia

y defiende a todos los oprimidos;

enseñó sus caminos a Moisés

y sus hazañas a los hijos de Israel. R.

R. El Señor es compasivo y misericordioso.  

 

El Señor es compasivo y misericordioso,

 lento a la ira y rico en clemencia;

como se levanta el cielo sobre la tierra,

se levanta su bondad sobre sus fieles. R. 

 R. El Señor es compasivo y misericordioso.

 

 SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 1‑6.  10‑12

La vida del pueblo con Moisés en el desierto fue escrita para escarmiento nuestro

 

No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. 

Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo hicieron aquellos. 

No protestéis, como protestaron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador. 

Todo esto les sucedía como un ejemplo y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga.

Palabra de Dios. 

 

REFLEXIÓN   

 

PELIGROS EN EL CAMINO   

 

            S. Pablo hace un resumen de la presencia de Dios en la historia del pueblo y presenta cómo ha venido conduciéndolo hasta el momento cumbre en que decidió bajarse e introducirse en nuestra historia y se ha hecho partícipe de ella, aceptando someterse a todas las consecuencias que eso lleva consigo.

            La comunidad de Corinto vive en un contexto pagano muy relajado y, en este ambiente, Pablo hace referencia al mundo del Éxodo, en donde Dios es el protagonista principal y ha venido siendo fiel hasta el momento actual.

            El problema que se presenta a la comunidad recién fundada, es el dejarse llevar por la euforia de los comienzos y olvidarse del compromiso que se tiene con la transformación del mundo, quedándose en una creencia en las nubes, sin aterrizar en la vida.

            Pablo advierte de las actitudes estériles que pueden generarse, como puede ser el quedarse en una queja y en una crítica sin sentido, que no lleva a nada y hace que la persona se inhiba de dar su testimonio positivo de la presencia de Cristo en la vida del cristiano y de la comunidad.

            Este peligro que Pablo advierte a la comunidad de Corinto, es transferible al momento que vivimos, en donde es muy fácil hacer lo mismo frente a todo lo que estamos viviendo, con lo que nos excusamos por lo que no hacen los otros y, así justificamos nuestra falta de compromiso.

 

 

Versículo antes del evangelio Mt 4, 17

Convertíos —dice el Señor—, porque está cerca el reino de los cielos.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 1‑9

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: 

-“¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.” 

Y les dijo esta parábola: 

-“Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. 

Dijo entonces al viñador: 

"Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córta1a. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" 

Pero el viñador contestó: 

"Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas".” 

Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN   

 

DESVELAR EL ROSTRO DE DIOS 

 

El pasaje que nos trae la liturgia de hoy es interesantísimo: San Lucas nos cuenta el momento en que un grupo de gente se acerca a Jesús para contarle lo que había ocurrido con Pilato, que hizo una masacre en un momento en que la gente se repartía en el templo la carne del cordero pascual, para llevarse a su casa y compartirlo con la familia que no había podido estar presente en la celebración de la Pascua; también hubo otro momento en que cayó la torre de Siloé y mató a 20 personas, entonces la gente interpretaba que Dios había castigado a todos esos que murieron porque eran pecadores.

Una mentalidad obtusa, como podemos ver, que sostiene una idea de un Dios vengativo y que lo ve reflejado en cualquier cosa dolorosa que ocurre.

Jesús viene a enseñarnos a escuchar y discernir la voz de Dios que, efectivamente nos habla y se nos hace patente en muchas cosas, personas y acontecimientos, pero no siendo el autor del desastre que ocurre, sino haciéndonos ver a través de lo que ocurre, que somos pecadores y débiles y que, por tanto, debemos convertirnos y arreglar nuestras vidas que están expuestas a cualquier tragedia que puede ocurrir en cualquier momento y, esta vida que Dios nos ha regalado, llenarla de frutos de paz de justicia, de amor y de verdad.

Pero estamos asistiendo a verdaderos espectáculos de incongruencia en esta sociedad que llamamos cristiana:

1º- seguimos pensando que Dios sigue castigando y lo culpamos de todo lo que ocurre, basta escuchar con la frecuencia que la gente dice: ”Si Dios es justo como es que da lugar a…” y, mientras tanto, nuestra “higuera” (la iglesia) que, teniendo todos los elementos necesarios para dar frutos de justicia, de amor, de solidaridad, de fraternidad… estamos viendo que se adapta al ambiente que genera desolación,  hambre, desocupación, analfabetismo, falta de salud y vivienda, desesperanza, miedo, robos, corrupción... quedándose estéril y completamente mimetizada; ya no se trata de que no dé frutos, sino que lo que da es muerte, tal como el sistema; y en otro momento el Señor ya advierte: “Por sus frutos conoceréis el tipo de árbol”

2º-La “higuera” (iglesia) que hoy tenemos está siendo motivo de echar un vistazo; al mismo Papa Francisco lo estamos viendo que lo está haciendo y nos invita a que lo hagamos también todos nosotros, en cada una de nuestras iglesias particulares, pues estamos viendo cómo muchos cristianos siguen llamándose así, mientras viven  su fe al margen del amor, de la justicia, de la verdad, de la fraternidad que nos pide el evangelio; sus frutos no son del reino de Dios, sino todo lo contrario y, los vemos vinculados a sociedades opresoras, corruptas, con negocios sucios y una vida que deja mucho que desear. Incluso lo estamos viendo que hay cristianos que compaginan su militancia en partidos políticos abiertamente anti-iglesia y anti-Jesucristo, sosteniendo la destrucción de los principios morales y cristianos, promoviendo el individualismo, el relativismo, el hambre, la opresión, la pobreza…

No bastan las palabras, ni el que estemos apuntados en un registro eclesiástico. De nada sirve una higuera muy frondosa, pero estéril. Peor aún una higuera que da otro tipo de higos envenenados, eso es una estafa.

Una higuera debe dar higos sanos y dulces, para eso ha sido plantada. Es cierto que hay muchas comunidades y cristianos que se sienten redimidos por Cristo y tienen una vida ejemplar ante el mundo, pero también es cierto que hay otros muchos que están muy lejos de los ideales del evangelio y esto no podemos cerrar los ojos y dejar de denunciarlo, pues en ello nos jugamos nuestra credibilidad y la verdad de Jesucristo; alguien decía: “Faltan muchos frutos que dar, falta mucha vida que cosechar y alegría que festejar” y esos frutos no podemos dejarlos para después, hay que darlos a la historia, pues en ellos el mundo reconocerá la presencia del Dios Misericordia en medio de él o, de lo contrario, seguirá pensando en ese dios, vecino molesto que nos vigila desde arriba, pero jamás en ese Padre amoroso que lucha a nuestro lado, ayudándonos a recorrer el camino.

Este tiempo de Cuaresma es un tiempo adecuado y precioso para empezar a dar esos frutos y a cambiar la realidad en la que nos movemos.  

 

 

 

DOMINGO II DE CUARESMA -C-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro del Génesis 15, 5‑12. 17‑18

Dios hace alianza con Abrahán, el creyente

 

En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrán y le dijo: 

“Mira al cielo; cuenta las estrellas, si puedes.” 

Y añadió: 

-“Así será tu descendencia.” 

Abrán creyó al Señor, y se le contó en su haber. 

El Señor le dijo: 

-“Yo soy el Señor, que te sacó de Ur de los Caldeos, para darte en posesión esta tierra.” 

Él replicó: 

-“Señor Dios, ¿Cómo sabré yo que voy a poseerla?” 

Respondió el Señor: 

-“Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.” 

Abrán los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres, y Abrán los espantaba. 

Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán, y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. 

El sol se puso, y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados. 

Aquel día el Señor hizo alianza con Abrán en estos términos: 

-“A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río Éufrates.” 

Palabra de Dios. 

 

 

REFLEXIÓN    

 

DIOS COLMA LAS EXPECTATIVAS DE ABRAHÁN   

 

            Dios tiene un proyecto que se realiza a largo plazo, invita a Abrahán a realizarlo con Él y Abrahán no duda en unirse a Dios, abandona todo lo que tiene y se va a donde Dios le indica, con la esperanza de una promesa que Dios le hace y que él sabe que no va a ver : una descendencia tan grande como las estrellas del cielo y las arenas de las playas; no podemos olvidar que Abrahán es ya viejo y su mujer estéril, sin embargo, Abrahán confía y se fía de Dios; como prueba, Dios le pide que haga un sacrificio para celebrar una alianza con él, en la que Dios se compromete a realizar el proyecto que Abrahán no tiene ni idea del alcance que tiene ni de lo que, en definitiva se trata… pero se fía y Dios y está seguro que Él sabe lo que hace y no va a fallar; esto, Dios  “se lo apunta en su haber”.

            Abrahán se pone en las manos de Dios que toma las riendas de la historia de su vida y de su familia; historia que se sigue prolongando a través de los siglos en ese pueblo que sigue caminando en la historia; el pueblo de la fe de Abrahán siendo fiel a la alianza que hizo y que renovó con la nueva alianza hecha en Cristo Jesús.

            Es uno de los problemas que a veces tenemos: el perder de vista que Dios sigue actuando, que camina a nuestro lado, que se trata de “SU” proyecto y no tanto del de cada uno en particular; por eso, los empecinamientos de los hombres son muchas veces el peor de los obstáculos que podemos poner a la realización que Dios viene generando.

 

  

Salmo responsorial Sal 26, 1. 7‑8a. 8b‑9abc. 13‑14 (R.: la)

 

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

 

El Señor es mi luz y mi salvación,

¿a quién temeré?

El Señor es la defensa de mi vida,

¿Quién me hará temblar? R. 

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

 

Escúchame, Señor, que te llamo;

ten piedad, respóndeme.

Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.» R. 

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

 

Tu rostro buscaré, Señor,

no me escondas tu rostro.

No rechaces con ira a tu siervo,

que tú eres mi auxilio. R. 

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

 

Espero gozar de la dicha del Señor

en el país de la vida.

Espera en el Señor, sé valiente,

ten ánimo, espera en el Señor. R. 

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17—4, 1

Cristo nos transformará, según el modelo de su cuerpo glorioso

 

Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. 

Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas. 

Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. 

Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. 

Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos. 

Palabra de Dios.

 

 O bien más breve: 

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 20—4, 1

 

Hermanos: 

Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. 

Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. 

Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos. 

Palabra de Dios. 

 

 

REFLEXIÓN   

 

VIVIR DOBLE VIDA  

           

Pablo escribe a los cristianos de Filipos para advertirles que tengan cuidado y no se dejen llevar de las prácticas judías, como si fueran esos ritos y esas leyes las que hacen al hombre justo, pues lo pueden llevar con facilidad a vanagloriarse del esfuerzo que hacen por cumplirlas, haciéndoles de esa manera sentirse merecedores de la salvación y hasta exigirla en justicia.

            El gran problema es que mientras hacen todo eso: un cumplimiento externo de las normas, sus vidas van por otro lado: son cumplidores exactos de la ley, pero al mismo tiempo, su dios es el vientre, su paradero es la perdición, pues siguen llenos de las cosas de la tierra… este peligro es constante el de ubicarse en una escenificación de la “justicia”

            Frente a estos fieles cumplidores de la letra de la ley y la mismo tiempo vividores mundanos, Pablo pone el ejemplo de su vida: él ha dejado esa doble vida conforme a la ley y conforme a la carne para adherirse a Jesucristo, pues se considera ciudadano del cielo que está de paso en la tierra y no puede quedarse amarrado a nada que lo sujete aquí. No puede caer en el error de amarrarse a algo que le haga perder su orientación.

            Esto que él vive con tanta fuerza, pide a los cristianos que lo asuman con la nueva realidad que los identifica, invitación que nos viene hoy como anillo al dedo a todos los cristianos.

            Nuestra presencia en la tierra es una especie de “vacaciones” en las que debemos intentar ser felices y dejar un recuerdo en ella de paz, de amor, de justicia, de libertad, de fraternidad… de modo que cualquiera pueda recordarnos y seguir nuestras huellas el día que nos toque marcharnos; el peor de los fracasos es marcharnos y haber dejado un rastro de dolor, de opresión, de corrupción… de forma que los que estuvieron a nuestro lado se quedaron tranquilos con nuestra partida.

 

 

Versículo antes del evangelio

En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre: “Éste es mi Hijo, el amado; escuchadlo.”

 

  

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 28b‑36

Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió

 

En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. 

De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. 

Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: 

-“Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.” 

No sabía lo que decía.

Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: 

-“Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.” 

Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto. 
Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN   

 

ESTE ES MI HIJO, ESCUCHADLO   

           

Nos cuenta el evangelio de hoy que los apóstoles se encontraban asustados y perdidos y, en esa situación escucharon una voz que decía: “Este es mi Hijo, el escogido, escuchadlo”.

            Hoy cobra una actualidad impresionante este texto, pues la situación se repite literalmente: hemos perdido todos los valores, nos han quitado los referentes, no sabemos a quién mirar, los modelos que nos presenta la sociedad son todos referentes de corrupción, hasta el punto que vivimos asustados, sin saber a dónde irá a parar todo esto, ni en qué irá a terminar.

            Nos encontramos a mucha gente que no sabe en qué va a fundamentar su vida, sus esperanzas, pues los valores del pasado hoy se desprecian , mientras que lo que se nos da, no tiene consistencia alguna ni visos de futuro; todo está sometido a un cambio radical, pendiente siempre de la moda del momento último.

            En esta situación, resulta imposible poder mirar al futuro, dando por resultado un individualismo exagerado en donde se establece el “Sálvese quien pueda y a costa de lo que cueste!”.

            En esta situación estamos viendo distintas formas de enfrentarse a la vida: desde echarse en brazos de la mentalidad del momento, o refugiándose en la droga, escondiéndose en el mundo virtual o vivir sin metas, al amparo de quien los acoja, siendo siempre carne de cañón a disposición del que más ofrezca.

            Lo triste es que en una situación así, podría ser ideal un silencio en el que se pudiera escuchar la voz que indica el camino escuchando a Dios que nos dice: “Este es mi Hijo, escuchadlo”, pero para que esto se haga imposible, lo llenamos todo de ruidos, de cosas… que ahondan más el vacío y se impide el encuentro con nuestra realidad y con nosotros mismos.

 

DOMINGO –I- DE CUARESMA


 PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro del Deuteronomio 26, 4‑10

Profesión de fe del pueblo escogido

 

Dijo Moisés al pueblo: 

-“ El sacerdote tomará de tu mano la cesta con las primicias y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. 

Entonces tú dirás ante el Señor, tu Dios: 

"Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí, con unas pocas personas. 

Pero luego creció, hasta convertirse en una raza grande, potente y numerosa. 

Los egipcios nos maltrataron y nos oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud. 

Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra opresión, nuestro trabajo y nuestra angustia. 

El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y portentos. 

Nos introdujo en este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel. 

Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me has dado." 

Lo pondrás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás en presencia del Señor, tu Dios.” 

Palabra de Dios. 

 

REFLEXIÓN   

 

DIOS CAMINA CON SU PUEBLO  

 

El texto que nos presenta la liturgia de hoy viene a revelarnos algo que es muy interesante y nos hace ver cómo el hombre creyente, cuando piensa en Dios, automáticamente lo ve insertado en la historia de su pueblo, de su familia y en la suya personal: “mi padre era un arameo errante”, y el creyente se considera parte de esa historia en la que siente presente a Dios actuando en todos los acontecimientos.

Siempre hemos visto como algo normal el que Dios haya hecho cosas extraordinarias para que los hombres se den cuenta de su presencia o de sus errores. Pero también hay algo que se ha venido dando desde siempre: a Dios lo hemos pensado como un vecino del piso de arriba, pero como un vecino quisquilloso que puede bajar en cualquier momento, y de hecho está siempre pendiente de los fallos que podemos cometer nosotros.

Esta visión triste y lamentable que Jesús rompió y que en todo el A.T. se vino revelando como el Dios que camina con su pueblo, ha seguido a través de los siglos, dando la sensación que desde siempre el hombre ha rehuido el sentirse al lado de Dios, ese vecino antipático.

De todas maneras, nos guste o nos sintamos molestos, no es posible pensar en Dios como en el vecino que vive en el piso de arriba; Él se bajó, se hizo hombre y compartió la vida y los sufrimientos de los hombres y hoy sigue a nuestro lado compartiendo nuestra lucha por sacar adelante el proyecto que le propuso al hombre: su reino. Es el Dios-con-nosotros que ha hecho suyas todas nuestras esperanzas, nuestras ilusiones, nuestras penas y nuestros triunfos. A Dios le interesa y siente como un padre todo lo que le ocurre a su hijo.

 

 

Salmo responsorial Sal 90, 1‑2. 10‑11.  12‑13. 14‑15  (R.: 15b)

 

R. Está conmigo, Señor, en la tribulación. 

 

Tú que habitas al amparo del Altísimo,

que vives a la sombra del Omnipotente,

di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,

Dios mío, confío en ti.» R.

R. Está conmigo, Señor, en la tribulación. 

 

No se te acercará la desgracia,

ni la plaga llegará hasta tu tienda,

porque a sus ángeles ha dado órdenes

para que te guarden en tus caminos. R.

R. Está conmigo, Señor, en la tribulación. 

 

Te llevarán en sus palmas,

para que tu pie no tropiece en la piedra;

 caminarás sobre áspides y víboras,

pisotearás leones y dragones. R.

R. Está conmigo, Señor, en la tribulación. 

 

«Se puso junto a mí: lo libraré;

lo protegeré porque conoce mi nombre,

me invocará y lo escucharé.

Con él estaré en la tribulación,

 lo defenderé, lo glorificaré.» R. 

R. Está conmigo, Señor, en la tribulación. 

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 8‑13

Profesión de fe del que cree en Jesucristo

 

Hermanos: 

La Escritura dice: 

“La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón.” 

Se refiere a la palabra de la fe que os anunciamos. 

Porque, si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. 

Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación. 

Dice la Escritura: 

“Nadie que cree en él quedará defraudado.” 

Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. 

Pues “todo el que invoca el nombre del Señor se salvará.” 

Palabra de Dios.

 

 

REFLEXIÓN   

 

 

CRISTO VIVE EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE 

 

Pablo se dirige a todos aquellos que desean de todo corazón un cambio en sus vidas y buscan al Señor: les recuerda algo que es clave: el sentido y la fuerza para ese cambio no lo van a encontrar en ideologías, en imágenes, en ritos… sino en su propio corazón: “La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón.” 

            El momento que el hombre toma conciencia de esto, y lo acepta, ha hecho parte de tu vida y de su ser a Jesucristo y con Él su salvación; y cuando ha hecho suyo este acontecimiento, no le queda más remedio que proclamarlo y ser coherente con lo que lleva consigo.

            Vivir en esta dimensión es mantenerse en esta confianza absoluta y en la certeza de que no seremos defraudados.

            Esta verdad que proclama Pablo no es exclusiva de nadie, sino que es el gran regalo que nos ha conseguido Jesucristo a todos los hombres de todas las razas, tiempos y lugares.

            Este regalo ha sido también para nosotros cristianos del siglo XXI, si es que hacemos nuestro el mensaje y llega a hacerse parte de nuestras vidas.

 

 

 

Versículo antes del evangelio Mt 4, 4b

No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. 

 

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 1‑13

El Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado

 

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. 

Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre. 

Entonces el diablo le dijo: 

-“Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.” Jesús le contestó: 

-“Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre".” 

Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: 

-“Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo.” 

Jesús le contestó: 

-“Está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto".” Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: -“Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras".” 

Jesús le contestó: 

-“Está mandado: "No tentarás al Señor, tu Dios".” 

Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.

Palabra del Señor.

 

 

REFLEXIÓN   

 

MANTENERSE DESPIERTOS  

Los primeros cristianos tienen una conciencia clara de que han recibido una misión muy dura: continuar el proyecto de Jesús, establecer el reino de Dios; a Él le costó la vida y ellos no pueden esperar otra cosa; por tanto, tienen muy claro que van a sufrir toda clase de ataques y les van a asediar todo tipo de tentaciones y, para tenerlo claro y presente, deja patente la imagen de Jesús que les servirá constantemente como referente.

Es interesante ver cómo S. Lucas ubica el escenario: en el desierto, que es el lugar donde el hombre puede encontrarse mejor con Dios: en la soledad; pero resulta que es precisamente ahí donde también podemos ser asaltados por otras fuerzas de atracción que nos apartan del proyecto de Dios.

El tentador se presenta con una máscara de bondad, apoyando sus razonamientos en las mismas oraciones que a diario reza el pueblo, pidiéndole a Dios que le facilite el camino y Jesús siente la misma tentación de pedir lo mismo y le aparece: “convierte estas piedras en pan”: el alimento es lo primero que necesita una persona y es algo absolutamente lícito, justo y bueno, pero el peligro está en que, después que se tiene el estómago lleno, ya no queremos nada más; y justamente podemos coger la actitud conformista y “pasota” de perder el interés por luchar por la justicia, que es la que va a permitir que haya pan para todos. Hay que despertar, no el deseo de pan, sino el hambre de justicia.

En la 2ª imagen se le presenta a Jesús la situación real del mundo lleno de guerras, de injusticias, de atropellos… y ahí es donde ha de establecer ese reino que Él trae: la justicia, el amor, la verdad, la paz… pero esto resulta imposible en la situación en la que se encuentra el mundo, necesita mucha fuerza y poder para llevar a cabo el proyecto. Es la 1ª respuesta que nos viene: hay que llenarse de poder para hacer frente a todo, pero para obtener el poder es necesario someterse a los dueños de la fuerza.

La respuesta de Jesús es inmediata: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto".

Es que no es posible levantarse con el poder e imponerse, si es que no te pones al servicio de los poderosos, arrodillado a sus órdenes.

La última imagen de la tentación es buscar lo mismo que la anterior, pero basándose en Dios y teniendo el control de la conciencia a través de la religión, o, lo que es también gravísimo: dejarte en manos de Dios, vivir tranquilo ignorando la injusticia, la mentira, el atropello y el dolor de los demás, pero sintiéndote muy a gusto y seguro en las manos de Dios: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras".”  De esa forma se instala en el silencio cómplice que deja que siga reinando la injusticia, la mentira, el odio, la violencia y la muerte… ¡Mientras no me toquen a mi…!