PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Deuteronomio 4, 1‑2. 6‑8
No añadáis nada a lo que os mando..., así
cumpliréis los preceptos del Señor
Moisés habló al pueblo, diciendo:
-“Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos
que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra
que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente.@
Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿Cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?”
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
“DESPRECIAR
LOS MANDATOS DEL SEÑOR”
Dios le pide que no le quiten ni le
añadan nada a lo que está estipulado; lo que está ordenado es suficiente para
sostenerse, de manera que no se hace gravoso para nadie, en cambio, el llevar
esos mandatos a la práctica va a hacer del pueblo una comunidad de gente libre,
sensata y sabia, que les va a permitir tener una autoridad moral
donde quiera que lleguen y esto les va a hacer ganarse el respeto de todo el
mundo.
El autor del libro intenta
recordarle al pueblo lo importante que es el no perder las raíces de su
historia y los compromisos contraídos
con Yahvé. Si el pueblo no olvida esto y está atento, tendrá un puesto
de respeto dentro de todos los pueblos de la tierra, si no lo hace, eso será
precisamente lo que lo destruya, pues nadie lo escuchará ni creerá que valga la
pena prestarle atención, ya que él pueblo no tiene nada que le posibilite
competir con el resto de pueblos.Es curioso ver cuando comparamos al pueblo de Israel y proyectamos su vida y su historia al resto de pueblos; podemos observar cómo se van repitiendo los esquemas, tanto en el sentido positivo, cuando vemos a un pueblo que valora su historia, su idiosincrasia y potencia sus valores, automáticamente lo vemos, no solo perviviendo, sino imponiéndose y sobresaliendo en medio del concierto; de la misma manera en el sentido negativo: podemos observar cómo un pueblo, cuando olvida su historia, renuncia a su tradición, desprecia sus valores, se avergüenza de si mismo… automáticamente se convierte en el payaso ridículo del que todos hablan, mofándose y desprestigiándolo. También podríamos poner ejemplos en ambos sentidos que están al orden del día y que todos conocemos de primera mano.
En este sentido, es interesante echar una ojeada a la historia y podemos ver cómo grandes regiones de África, que en otro tiempo fueron centros de fuerza y de irradiación de la iglesia, hoy ha desaparecido completamente de ellas y esta experiencia también la podemos ir aplicando a nuestra Europa y analizar, desde la historia, lo que está ocurriendo en nuestros días y hacer un pronóstico.
El que procede honradamente y practica la
justicia,
el que tiene intenciones leales y no calumnia
con su lengua. R/.R/. Señor, )quién puede hospedarse en tu tienda?
el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. R/.
R/. Señor, )quién puede hospedarse en tu tienda?
El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R/.
R/.
Señor, )quién puede hospedarse en tu
tienda?
Lectura de la carta del apóstol Santiago 1,
17‑18. 21b‑22. 27
Llevad a la práctica la palabra
Mis queridos hermanos:
Todo beneficio y todo don perfecto viene de
arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra.
Por propia iniciativa, con la palabra de la
verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas.Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos.
La religión pura e intachable a los ojos de
Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no
mancharse las manos con este mundo.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
“PRACTICAR
LA VERDADERA RELIGIÓN”
En el A.T. hemos escuchado en la primera
lectura que Dios da una ley a su pueblo para que sea libre y no vuelva a caer
en la esclavitud; esa norma es palabra que expresa la voluntad salvífica de
Dios y es algo irrevocable.
Santiago lo tiene muy claro: la voluntad
de Dios Padre ha sido ésta desde siempre y no ha habido altibajos, su Palabra es la Verdad, que se ha
manifestado en Cristo. Escuchar y Seguir esta Palabra es afianzar la seguridad de la salvación, no es
algo que esté llamado al engaño o a la posibilidad de equivocarse, por lo
tanto, se trata de hacer de ella el programa de vida, pues nos va a llevar a
la verdad y a la libertad; hacer lo
contrario, es engañarse a si mismo, hundirse en la oscuridad y la mentira que
llevan a la muerte.
No vale engañarse, queriendo confesar
una cosa y aparentar que tiene importancia para nosotros, mientras estamos haciendo
y viviendo otra.
Y para que no nos llevemos a engaño,
pues es muy fácil querer conformarse poniendo parches, con los que
evitamos cumplir lo que nos indica la
palabra de Dios, y nos refugiamos en unos ritos, en unas prácticas religiosas,
en un cultivo del sentimentalismo, mientras la práctica de la justicia y de la
verdad quedan oscurecidas y abandonadas; de ahí que, después de dejar bien
claro la importancia que tiene dejarse guiar por la palabra de Dios, expone con
toda claridad lo que significa esa puesta en práctica: “La religión pura e
intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus
tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo”, es decir: la
solidaridad con los más desprotegidos y la definición expresa en la vida que
deja bien claro dónde nos pueden encontrar: siempre en plan de guerra contra la
corrupción a todos los niveles. ¡Y esta es la verdadera religión que nos enseñó
Cristo!
Tampoco estaría mal que cada día
leyéramos despacio a Santiago para que tengamos claras las cosas y no nos
equivoquemos, ni pretendamos poner parches en la vida, ni ir por ahí engañando
a nadie ni a nosotros mismos.
Aleluya St 1,18
El Padre, por propia iniciativa, con la
palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus
criaturas.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos
7, 1‑8. 14‑15. 21‑23
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombresEn aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.
(Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Según eso, los fariseos y los escribas
preguntaron a Jesús:
-“¿Por qué comen tus discípulos con manos
impuras y no siguen la tradición de los mayores?”
É1 les contestó:
-“Bien profetizó Isaías de vosotros,
hipócritas, como está escrito:
“Este pueblo me honra con los labios, pero su
corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina
que enseñan son preceptos humanos.”
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para
aferraros a la tradición de los hombres.+
Entonces llamó de nuevo a la gente y les
dijo:
-“Escuchad y entended todos: Nada que entre
de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace
impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos
propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias,
injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad.
Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.”
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
“IMÁGENES
GROTESCAS DE LA IGLESIA”
Cualquiera puede
tener la tentación en un momento de
pensar que Jesús rompió todos los cánones y despreció la ley y la
tradición, atreviéndose a saltarse a la torera lo establecido, justificando el
atropello que hace con el argumento
de que Jesús lo hizo.
Eso sería un engaño
fatal y una equivocación muy grave, pues en ningún momento hizo tal cosa Jesús,
sino todo lo contrario: llenó de Dios el vacio que los legisladores habían
hecho, dio cumplimiento a lo que ellos
hjabían querdio vaciar y dejarlo sin sentido.
El
gran pecado que solemos cometer y en el que caemos con mucha frecuencia es
éste: establecemos nuestras normas y obligamos a que se cumplan a rajatabla, hasta el punto que las hacemos
“absolutas” y somos intransigentes, en cambio lo que Dios ha pedido, con una
facilidad enorme lo vaciamos de contenido y lo llenamos del que a nosotros nos
conviene y, con lo mismo que dijo Jesús, hacemos todo lo contrario y lo
justificamos haciéndolo en su nombrer.
Podríamos
poner algunos ejemplos: el banco que apoya una cofradía y le entrega un montón
de dinero para flores, o para un trono, mientras está desahuciado a mucha gente, y la ha dejado en
la calle después de robarle una gran cantidad de dinero.
La
iglesia que deja fuera de la comunión al esposo o la esposa traicionada/o,
que se ve atropellada/o, por haber
rehecho su vida, mientras sigue casando sin importarle otra cosa que el
cumplimiento legal de las normas establecidas, y se queda tan tranquila dejando
en la cuneta de la vida a tanta gente.
En
este tipo de religión se cumple aquellas palabras de Jesús: “honran a Dios con
los labios, pero el corazón está muy lejos de Él”; se confiesa una cosa y se vive otra; se pide
que hagan los demás lo que nadie está dispuesto a hacer; se realizan ritos,
para aparentar externamente el cumplimiento de una ley ante los demás, pero eso
está vacio, no responde sino a intereses particulares, la vida está muy
lejos de la fe; se realizan ritos invocando
a alguien en quien no se cree, ni interesa su doctrina… basta ver muchos de los
matrimonios que se realizan, de los bautismos que se hacen y, no digamos ya,
del escándalo de las primeras comuniones y de otro montón de cosas que se
realizan en la religiosidad popular en los que la iglesia tolera el convertirse
en un agente social para animar intereses particulares.
Cualquiera
que no es creyente, cuando ve todas esas cosas, ¿Qué es lo que pensará y qué
imagen se hatrá de nosotros?