DOMINGO XVII DEL T.ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de los Reyes 4, 42‑44
Comerán y sobrará

En aquellos días, uno de Baal‑Salisá vino a traer al profeta Eliseo el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. Eliseo dijo:
-“Dáselos a la gente, que coman.”
EL criado replicó:
-“¿Qué hago yo con esto para cien personas?”
Eliseo insistió:
-“Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará.”
Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“LA SOLIDARIDAD, SIGNO INEQUÍVOCO DE LA PRESENCIA DE DIOS”

El pasaje nos presenta a Eliseo recogiendo lo que la ley establece para el mantenimiento de la religión, algo que le pertenece al profeta por la función que realiza, algo que el ciudadano entrega por justicia.
Hasta ahora no existe nada de extraordinario ni especial, todo va a ocurrir cuando entra en juego la actitud del profeta, que da respuesta a los acontecimientos que se presentan: hay una hambruna fortísima en el país y lo poco que él tiene no va a remediar nada, sin embargo, el profeta entiende perfectamente que para Dios no cuenta la cantidad de lo que se reparte, sino la actitud que se tiene frente a los bienes que se poseen y, el profeta no puede sentirse tranquilo teniendo resuelto su problema, mientras los demás mueren de hambre; entonces entrega lo que tiene, lo que necesita para su sustento y el milagro se realiza, con lo que se confirma la autoridad de Eliseo, indicando que su palabra es el eco perfecto de de la Palabra de Dios que invita a su pueblo a la solidaridad.
Sin lugar a duda, es imposible permanecer insensibles y pasar volviendo la cara a la realidad que vivimos, como si fuera algo que no con nosotros: la actitud y la visión que Eliseo tiene, es algo que nos denuncia a todos: en un mundo en el que todo se denomina con la preposición “macro”, aquí no cabe lo “micro”, lo pequeño, lo sencillo, lo pobre, lo que no tiene significado económico, ni relevancia… y todos pasamos de largo y escurrimos el bulto y nos quedamos tan tranquilos dejando a una persona en la cuneta de la vida y derivándola al “macro” que, se ha hecho así justamente engullendo a todos los pequeños, y hemos llegado a despreciar el poder y la fuerza que tienen todos los pequeños juntos.
Mientras Israel se cree que solo unida y apoyada en los grandes triunfará, Eliseo se planta afirmando que la fuerza de Dios se une a la solidaridad de los pequeños.


Salmo responsorial Sal 144, 10‑11. 15‑16. 17‑18 (R/.: cf. 16)

R/. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
R/. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente. R/.
R/. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.
R/. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1‑6
Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo

Hermanos:
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“LA UNIDAD, CONSECUENCIA INMEDIATA DE VIVIR EN LA FE”
El capítulo 4 abre la segunda parte de la carta que Pablo dirige a los efesios. En la 1ª parte se han expuesto toda una serie de principios doctrinales; el vivir en coherencia con esos principios, va a llevar en consecuencia una conducta moral determinada.
Por eso, Pablo, prisionero por mantener estos principios y llevar en coherencia la conducta que de ellos se deriva, confirma a los cristianos de Éfeso en la vocación a la que han sido llamados: ser signos e instrumentos constructores de UNIDAD.
En Cristo han nacido a una nueva realidad, en la que comparten una misma fe, un mismo bautismo, tienen un mismo Padre, en todos ellos vive el mismo Espíritu y todos juntos forman un mismo cuerpo… la UNIDAD, por tanto, es la consecuencia inmediata y primera de la fe en Jesús.
No se puede entender de ninguna manera la división y, menos aún, que en nombre de Jesús y del mismo Espíritu y llamando al único Dios Padre, vivamos divididos y de espaldas los unos con los otros.
Si tuviéramos que emitir un juicio para valorar el grado de fe y de compromiso que tenemos con la verdad, podríamos utilizar como canon de referencia nuestra actitud de cara a la UNIDAD.
Cuando Pablo les invita a realizar esta misión, indica las actitudes básicas que harán que esa UNIDAD sea efectiva y verdadera, pues ella solo se construye con la humildad, con la paciencia, con el amor, con la comprensión y con el buen ánimo para construirla.
Si esto es vocación fundamental de todo cristiano y es consecuencia inmediata y primera de una fe verdadera ¿Cómo se puede compaginar esto con lo que tenemos montado a nivel político, social, religioso… y lo seguimos manteniendo, apoyando, y teniendo la cara dura de confesarnos cristianos?


Aleluya Lc 7, 16
Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 1‑15
Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.
Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
-“¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?”
Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe le contestó:
- “Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.”
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
-“Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?”
Jesús dijo:
-“Decid a la gente que se siente en el suelo.”
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
-“Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.”
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
-“Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.”
Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

“JESÚS, LA ÚNICA RESPUESTA QUE SATISFACE”

Jesús ha venido hablando del reino, de las actitudes que hay que tener frente a é; ha venido indicando, incluso, cómo trabajar y ha mostrado signos que indican que el reino ya está aquí, que no es un sueño, ni una utopía de un visionario que se ha levantado con unas ocurrencias medio raras.
En esta perícopa S. Juan quiere indicar la identidad misma de Jesús: Él es el signo máximo y primero de la presencia del Reino; Él es el único camino, la verdad única y la VIDA en plenitud. No hay otra alternativa posible para entrar en el reino si no es por Él que es la puerta.
Es interesante tener en cuenta algunos detalles que presente el texto de S. Juan: El pasaje lo enmarca en un contexto de Pascua Judía; la gente se ha reunido para celebrar la antigua Pascua y se van detrás de Él atraídos por los signos que hace; es Él quien coge la iniciativa de todo: manda sentarse a la gente, recoge los panes y los peces, los parte, los reparte… es el protagonista de todo, Él es la Nueva Pascua que se fundamenta en Él mismo.
Contrasta la postura de Jesús con la de los apóstoles: para ellos es un disparate pensar en dar de comer a toda la gente, se necesita mucho dinero; en cambio Jesús entiende que lo único que se necesita es de la solidaridad de los más pequeños: es un niño quien entrega los cinco panes y los dos peces
De nuevo volvemos a quedar en evidencia: creemos más en nuestros medios, el dinero, que en los que Dios ha puesto: la solidaridad.
En nuestro mundo hemos creado todo un potencial fantástico que sería capaz, no solo de eliminar el hambre del mundo, también la sed, las enfermedades, el analfabetismo… sin embargo, sobrando capacidad para todo, cada vez hay más pobres, más hambre, más analfabetos…y es que falta la solidaridad.
¿Quién está dispuesto a poner sus cinco panes y sus dos peces al servicio de los demás? Rápidamente nos justificamos diciendo que eso lo hagan los que ya cobran para ello (los “macro). Pero no nos queremos dar cuenta que esos, de lo único que se preocupan es de robarnos y para eso luchan y nosotros, somos tan tontos, que para eso los ponemos y aceptamos que lo hagan y agachamos la cabeza y nos sometemos. Tenemos actitudes masoquistas y cuando vemos que alguien se rebela, como hizo Jesús, lo tachamos de desestabilizador, de revolucionario y lo quitamos de en medio.

DOMINGO XVIII DEL T.ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Éxodo 16, 2‑4. 12‑15
Yo haré llover pan del cielo

En aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo:
-“¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad.”
El Señor dijo a Moisés:
-“Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: ´ Hacia el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios.´”
Por la tarde, una banda de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana, había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas se dijeron:
- “¿Qué es esto?”
Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo:
- “Es el pan que el Señor os da de comer.”
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“EL INDIVIDUALISMO NO ES SOLUCIÓN”

Los israelitas se entusiasman con la idea de Moisés y de Aarón de sacudirse el yugo de la esclavitud de Egipto y se lanzan a la obra, sin pensar que después de la liberación hay que continuar en la libertad: comienzan la pelea con el Faraón, empiezan los encontronazos hasta la violencia, pero todo esto les anima y llegan a conseguir salir de Egipto.
Pero, como siempre ocurre, es fácil enardecerse y hacer una proeza, pero lo realmente importante es lo que viene después: yo me he quitado de encima lo que me molestaba, pero a continuación tengo que crear un orden nuevo más coherente, más humano, más justo, más respetuoso, más libre… donde se respete la dignidad y los derechos del hombre, donde se pueda vivir en paz y encontrar la felicidad…
Antes habían vivido bajo la seguridad de la esclavitud, bajo el régimen del Faraón, ahora se trataba de aprender a vivir en la responsabilidad de la libertad y esto empezó a resultarles mucho más duro y difícil.
En el desierto se encontraron con la dificultad de la falta de agua, de comida y gritaron pidiendo que otros les resolvieran el problema; Dios sale al encuentro con su ayuda y les da el maná y codornices y les hace brotar agua de una roca. Se encontraron también con la dificultad de la gente a donde llegaban que se les oponían cuando invadían su tierra y tuvieron que entrar en peleas, como les ocurrió con los amalecitas (Ex. 17,8-16).
Pero la peor dificultad fue el desánimo y la duda que les entró en la que empezaron a sentirse engañados, que Dios no estaba con ellos, sin ser capaces de interpretar todo lo que Dios había hecho con ellos y le piden que haga un signo portentoso. Empiezan a decir que aquello había sido una fanfarronada de Moisés y empezaron a hablar mal de él y de Dios…
Pero Dios va saliendo al paso a cada momento para que resuelvan los problemas, y los israelitas llegan a preferir vivir en la esclavitud y añoran todo lo que dejaron en Egipto.
Esta es exactamente la misma situación que constantemente estamos viviendo a todos los niveles: cada uno busca su propia comodidad, arreglar su problema y busca, si es posible, que se lo den todo hecho y cuando esto no se da, se dedican a agredir a sus mismos compañeros; no nos importa el bien común, se busca siempre el bien propio y se rompe la solidaridad; al final salimos todos mal.
Creo que la situación que vivimos en la actualidad es la lección más evidente: un individualismo exagerado que nos lleva a gritar: “¡Sálvese quien pueda!” y a como dé lugar. Con lo cual, lo único que socializa, porque alcanza a la gran mayoría, es el problema y la dificultad, pero la solución cada uno busca la suya. Lo triste y lo vergonzoso es que todo esto que hay montado, lo llaman “socialismo” cuando es la imagen más triste, grotesca y funesta del individualismo y del egoísmo.


Salmo responsorial Sal 77, 3 y 4bc. 23‑24. 25 y 54 (R/.: 24b)

R/. El Señor les dio un trigo celeste.

Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder. R/.
R/. El Señor les dio un trigo celeste.
Dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R/.
R/. El Señor les dio un trigo celeste.
Y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido. R/.
R/. El Señor les dio un trigo celeste.


SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 17. 20‑24
Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios

Hermanos:
Esto es lo que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya como los gentiles, que andan en la vaciedad de sus criterios.
Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo, si es que es él a quien habéis oído y en él fuisteis adoctrinados, tal como es la verdad en Cristo Jesús; es decir, a abandonar el anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por descos seductores, a renovaros en la mente y en el espíritu y a vestiros de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.
Palabra de Dios.



REFLEXIÓN


“VIVIR VACIOS”

El domingo pasado, Pablo recordaba una llamada primera y fundamental que tenemos proveniente de nuestro ser de cristianos: la UNIDAD, es el primer fruto que se deriva de nuestra identidad, de ser miembros de un mismo cuerpo cuya cabeza es Cristo.
Insertados en esta nueva realidad, no es compatible ni lícitamente posible vivir como anteriormente: “como los paganos, vacíos de pensamiento”, sin sentido, sin esperanza, sin perspectivas, guiados por los bajos instintos.
Vivir la vida vacía y sin sentido es dejarse llevar por el orgullo que nos hace creernos superiores y despreciar a los demás, sin querer reconocer la verdad en nuestra vida, viviendo en el vacío, en la superficialidad, en el libertinaje, despreciando el bien, la honradez, la dignidad humana y entrando en un circulo de insatisfacción, de corrupción y de avaricia.
Lo que los efesios han aprendido es completamente lo contrario a todo esto, pues vivir en Cristo es optar por una nueva forma de ser, en conexión con el proyecto de Cristo; es una nueva forma de vida, de acuerdo a la nueva realidad de hijos de Dios que hemos recibido en Cristo.
Esto que Pablo ve con una claridad meridiana y se lo “recomienda encarecidamente en nombre del Señor” a los cristianos de Éfeso, no son consejos ni palabras vacías que se dijeron a otros, pero que no tienen que ver naca con nosotros. Imagino que, si Pablo llama la atención, fue porque vio que se estaba cerniendo sobre la comunidad el peligro, o porque empezaban a darse brotes en ella.¿Qué diría a nuestra iglesia de hoy, cuando esto que se vislumbraba como un peligro, hoy es una realidad generalizada y lamentable?
El hecho triste es que hay que hacer un esfuerzo enorme para encontrar rasgos del evangelio en muchísimas cosas de las que hacemos y en la mentalidad que tenemos y al mismo tiempo, se da una devaluación impresionante de otro montón de cosas que son un reflejo del evangelio, pero resulta que el canon de valoración que se ha escogido no es Cristo, sino el dinero, el poder, el prestigio...


Aleluya Mt 4, 4b
No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 24‑35
EL que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará sed

En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. AL encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
-“Maestro, ¿cuándo has venido aquí?”
Jesús les contestó:
-“Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros.
Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.”
Ellos le preguntaron:
-“Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?”
Respondió Jesús:
-“La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado.”
Le replicaron:
-“¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito:´Les dio a comer pan del cielo.´”
Jesús les replicó:
-“Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.”
Entonces le dijeron:
-“Señor, danos siempre de este pan.”
Jesús les contestó:
-“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.”
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

“¿QUÉ PAN ESTAMOS DANDO?”

Juan intenta presentar a Jesús como la única y verdadera respuesta a los anhelos y a las necesidades del hombre.
En el pasaje anterior presenta a Jesús saciando el hambre del pueblo y queriendo hacer ver que el hambre material, es posible saciarla el momento en que se ponen funcionando los mecanismos del reino, que no es algo puramente espiritual, sino total: envuelve a la persona en su totalidad.
Sin embargo, la gente no entiende esto, no van mas allá de lo que se puede tocar, pesar, medir o contar. Han ido siguiendo a Jesús porque les llenó el estómago y automáticamente pensaron: “Este es el tipo que nos interesa, el que nos da las cosas hechas” y no fueron capaces de ver más allá. Jesús se lo recrimina y cuando le preguntan cuándo ha llegado, les da otra respuesta a otra pregunta que no han hecho, pero que es lo que en realidad buscan: “Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros.” Entonces les vuelve a forzar para que se abran y no se queden solo en el estómago, hasta que les hace sentir deseos de otro tipo de “pan” que sacia los deseos nobles del hombre. Ese PAN es él.
La escena es fortísima y la lástima es que la hemos reducido a un momento en el que Jesús hizo poco más o menos que una sesión de magia y dejó embobada a la gente, pero el texto está extraordinariamente elaborado y lo que quiere es mostrar toda la problemática que existe, donde la gente lo ha perdido todo y es incapaz de ver más allá de lo que puede palpar, exige signos portentosos para poder creer, en cambio, la solidaridad y el compartir fraterno, que se han dado y que es el signo más hermoso de la presencia del reino, para ellos no significa nada; es algo muy parecido a lo que hoy nos ocurre: la EUCARISTÍA es un rollo, no significa absolutamente nada y el resto de sacramentos no son más que actos sociales, pero no signos de la presencia del reino.
¿Es posible que la liturgia se haya separado de la vida y del pueblo que, sigue buscando a Jesús, hasta el punto que en ella no descubre otra cosa más que la respuesta a sus necesidades materiales: hacer una fiesta, un cumplido, o el miedo a algo incierto…?
El evangelio sigue planteándonos preguntas para un serio examen de conciencia. Es posible que estemos dando pan que sacia el hambre del estómago, pero no el hambre de Dios, y n o somos capaces de orientar para que el pueblo llegue a sentir el hambre de Jesús que es el pan vivo que sacia a la persona.

DOMINGO XVI DEL T.ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Jeremías 23, 1‑6
Reuniré el resto de mis ovejas y les pondré pastores

¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño! -oráculo del Señor-.
Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel:
-“A los pastores que pastorean a mi pueblo:
Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones -oráculo del Señor-. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá -oráculo del Señor-.
Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro.
Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia.”
Palabra de Dios.



REFLEXIÓN

“CUANDO SE VENDEN LOS PASTORES”

El profeta Jeremías ve cómo los dirigentes de Israel han precipitado al caos al pueblo: “han dispersado al rebaño” rompiendo todos los valores de fraternidad, de amistad que había; y han metido la desconfianza y el rencor entre sus habitantes; han ahuyentado al pueblo despreocupándose de él, de tal forma que ya nadie se fía de nadie y nadie quiere dar la cara por nada dejando al pueblo a la deriva.
Ante esta situación, el profeta lanza una serie de amenazas dirigidas a los pastores que llevan la dirección del pueblo y que están siendo los culpables de la situación social, política y religiosa en la que se encuentra el pueblo; ellos tendrán que rendir cuentas ante Dios y ante la historia de lo que están haciendo y también han de responder de las consecuencias a las que está llevando esta situación.
Estos pastores, se han desinteresado de las personas y solo han buscado sus intereses, llegando a confundir a la gente y haciendo que se pierdan, ocasionando la muerte.
El profeta declara que esas acciones malvadas no han de quedar sin su castigo merecido.
Frente a esta situación que han montado los “pastores”, el profeta declara que Dios mismo tomará cartas en el asunto y hará que el pueblo sienta de nuevo la seguridad, la tranquilidad y la paz, que son cosas que necesita para poder caminar y progresar.
Jeremías anuncia un nuevo orden que al final vendrá por un descendiente de David que reunirá de nuevo al pueblo: “El Señor nuestra salvación”.
Pero todo esto hoy nos suena a “música celestial”, si es que no lo percibimos como la luz que nos ilumina nuestro caminar en el momento que vivimos.
Las denuncias de Jeremías parecen hechas hoy a todos nuestros líderes, políticos, sociales, sindicales, religiosos… Entre todos han logrado que se pierda el pueblo, que no se vea claro nada, que se haya perdido la capacidad de soñar, que nuestros jóvenes hayan perdido la esperanza y con ellos el pueblo; que nadie encuentre respuestas para nada en su vida.
En medio de toda esta crisis tan fuerte, la iglesia está llamada a ser “luz”, “sal”, “levadura” para alumbrar el momento de tinieblas que vivimos, para darle sabor de paz, de amor, de justicia, de verdad al mundo, para transformar la situación en un momento de esperanza, de justicia, de solidaridad, de humanidad…
Es necesario que esa dimensión de “iglesia pobre” que proclamaba el Concilio Vat. II. Se le deje coger toda la fuerza que debería tener, porque en ella está la respuesta a este sistema que se empecina en demostrar que Cristo se equivocó poniéndose al lado de los pobres y marginados; para el sistema, el horizonte del hombre no es Dios, sino “Mamón” (el dinero) que es el que da respuesta a los planteamientos del mundo y el que exige como “culto” la muerte.


Salmo responsorial Sal 22, 1‑3a. 3b‑4. 5. 6

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guiará por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cebadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 13‑18
Él es nuestra paz, él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa

Hermanos:
Ahora estáis en Cristo Jesús.
Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos.
Él es nuestra paz.
É1 ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio.
Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo.
Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio.
Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca.
Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“LA DIGNIDAD HUMANA: SER HIJO DE DIOS”

A quienes desde un principio Dios había hecho a imagen y semejanza suya: al ser humano, los hombres, con sus leyes, lo dividieron y lo clasificaron en seres de 1ª categoría, de 2ª y de 3ª: seres puros y salvados porque así lo establece la ley y seres condenados porque así lo establece la misma ley.
Cristo rompe esta estructura excluyente y degradante y hace que todos puedan levantar la cabeza y llamar a Dios Padre, con lo que establece la igualdad universal: somos hijos del mismo Padre, por tanto ya no existen los de dentro y los de fuera, los puros y los impuros. Los buenos y los malos, los de un pueblo y los de otro; en Cristo ha nacido una nueva humanidad; con su muerte y su resurrección ha muerto el hombre viejo , esclavo de viejas estructuras y ha nacido el hombre nuevo que vive del Espíritu de Dios, que nos hace a todos iguales.
Cuando leemos y meditamos despacio esto, uno se queda sorprendido al ver cómo es posible que haya todavía gente e instituciones que fomentan, cultivan e imponen todo el orden antiguo en el que la ley, hecha por hombres y sostenida por intereses particulares, sigue aplastando a los hombres y enmarcándolos en regímenes de esclavitud: pensemos por ejemplo en la lacra de los nacionalismos, en la estructura de los partidos políticos, de las sectas religiosas, e incluso de los fanatismos religiosos y hasta deportivos.
Lo más triste y lamentable es que a esos “saltos hacia atrás” en la historia le llamamos “progreso” cuando el ser humano vuelve a perder todo lo que había conseguido con tanto esfuerzo y se instala en cotas de deshumanización impresionante.



Aleluya Jn 10, 27
Mis ovejas escuchan mi voz
- dice el Señor-,
y yo las conozco, y ellas me siguen.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 30‑34
Andaban como ovejas sin pastor

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:
-“Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.”
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. AL desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“NECESIDAD DE DESCANSAR”

Jesús se reúne con los discípulos para hacer una evaluación de su primera experiencia pastoral que han realizado saliendo de dos en dos.
Vuelven todos entusiasmados al ver la acogida que han tenido y al constatar que el pueblo está ansioso de escuchar la verdad, de saber que alguien todavía cree en eso, que no se ha perdido la esperanza, que hay todavía gente sensata y deseosa de volver de nuevo al camino de la verdad y de la fraternidad..
Invita a los discípulos a retirarse a un lugar a parte para que tomen conciencia de todo lo que han vivido y de todo lo que está ocurriendo.
Como contraste al análisis que están haciendo, se encuentran con toda la gente que los ha venido siguiendo y cuando quieren acordar se les han juntado una gran multitud que quiere seguir escuchándolos y que va buscando de todo: comer, paz, sosiego, sentido común, coherencia, esperanza, respuestas a todos los interrogantes que la vida plantea… pues el pueblo está perdido, “andan como ovejas sin pastor”, a la deriva.
Hoy también sigue la gente desplazándose de un lado para otro: en estos días nos han dicho que se han desplazado unos 8 millones de vehículos, eso hace unos 15 millones de personas, como mínimo, y todos van buscando algo: unos momentos de sosiego,, de paz, de tranquilidad,… cuando se les pregunta, la gran mayoría responde que quiere desconectar de todo lo que le agobia. Todo el mundo huye de si mismo y va en busca de la paz y la felicidad que le están vendiendo cada día por la TV. Pero eso es un cuento que engaña a todos, eso no se encuentra en ningún sitio, pues la fuente la llevamos dentro.
Vivimos en un mundo de engaño y de mentira montado sobre estructuras falsas en las que se programa al hombre para que responda a lo que interesa al sistema que es el que ha establecido que lo que marca la vida del ser humano actual es la actividad productiva y ha hecho que pierda la capacidad de disfrutar de la vida celebrándola; el hombre actual, en muchos casos, no tiene sentido del descanso, de la celebración… solo siente deseos de “tiempo libre” que hay que llenar de placer.
Pero el hombre no es una máquina que produce y necesita recuperar fuerzas para seguir produciendo y para llenarse de placer, sino un ser que necesita encontrarse consigo mismo, encontrarle sentido a lo que hace, para gozar con ello y sentirse realizado, ver que su vida vale la pena vivirla. Pero éstas son dimensiones que solo se pueden encontrar dentro de su interior; cuando esto no se tiene, es muy normal encontrarnos a gente que al segundo día de vacaciones ya está aburrida o por el contrario, otros que vuelven de vacaciones cansados, pues no lograron encontrarse bien en ningún sitio y convierten sus “días libres” en una huida constante de su vacío interior intentando llenarlo de alcohol, de ruidos, de juergas… sin ser capaces de llenarlo de un poco de ternura, de amistad, de unidad con la naturaleza y con la belleza.
El descanso, si es que el hombre no es capaz de abrirse a su interior, gozar con todo lo bueno que tiene él mismo, sintiéndose en paz y en armonía con la naturaleza, se convierte en una especie de pesadilla que resulta insoportable.
Jesús se compadeció de ellos porque iban como locos, como zombies y se sentó a enseñarles con tranquilidad
Los pastores actuales no “padecen-con” el pueblo, sino que se engordan a costillas de él; lo que al pueblo le ocurre y lo que le preocupa, a ellos les trae sin cuidado y lo que no toleraran es que alguien se siente tranquilamente a escuchar al pueblo y le proclame la verdad, ya que en ese momento se ponen en entredicho su posición social, su seguridad… por eso, ya se ocupan bien de que el pueblo no tenga ganas de pensar, sienta que no vale la pena hacerlo, que no le va a llevar a ningún lado y tan solo le interese llenar el estómago y distraerse el poco tiempo que le dejen libre, de ahí asistimos cada momento a grandes “fugas” humanas, masas que huyen de sí mismas buscando un escondite en donde nadie les encuentre. Desde aquí deseo para todos los que se acerquen a nuestra página, que escuchen en estas fechas de descanso, la invitación del Señor: “Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco”

DOMINGO XV DEL T.ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Amós 7, 12‑15
Ve y profetiza a mi pueblo

En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós:
-“Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país.”
Respondió Amós:
-“No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos.
El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: ´Ve y profeta a mi pueblo de Israel.´”
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“PROHIBIDO MANTENER EL SENTIDO COMÚN”

Amós es un campesino del Sur que llega al Norte del país para vender sus productos y observa el nivel de vida, el lujo, el derroche y la explotación que existe y ve cómo la religión bendice todo aquello y está a su servicio. Amós se rebela contra esta corrupción.
El reino del Norte se ha separado y ha roto la unidad; han levantado el templo de Betel como réplica y signo de oposición a Jerusalén y la religión se ha puesto al servicio del poder, apartándose de los caminos que había trazado Yahvé.
Amós siente que Yahvé le pide que hable, que denuncie lo que está viendo, que es un insulto al sentido común y a la moral pública: Jeroboam y toda su corte se han instalado en el lujo y en el bienestar, a costillas de los pobres a quienes explotan y desangran
Va al santuario de Betel y se enfrenta al sumo sacerdote Amasías, que es un empleado de la corte real y le anuncia la destrucción de todo aquello, por la traición que han hecho a Yahvé; el sumo sacerdote lo denuncia al rey Jeroboam invitándole a que abandone el país y se vaya a su tierra, al Sur, a profetizar, pues en Betel está poniendo en tela de juicio la institución del reino. Se está metiendo en política y eso no es cosa de los profetas.
Amós tiene que abandonar Betel, indicando que lo que les está diciendo no es cosa suya, sino que Dios mismo se lo ha pedido, él no es ningún letrado, ningún sacerdote, ningún juez… él es simplemente un hombre del campo, un ciudadano de a pie, que no ha perdido el sentido común y no puede permitir que le obliguen a ver lo negro blanco o las tinieblas como luz.
Frente a la figura de Amós que vive una situación tan parecida a la actual, uno siente como una especie de escalofrío que recorre todo el cuerpo: ¿Qué hacer, me adapto a la situación y dejo las cosas como van esperando que alguien venga y las arregle o denuncio abiertamente lo que estoy viendo?
Amos se encuentra a su país que lo han roto: se ha dividido porque el norte es una región rica que no quiere solidarizarse con los pobres del sur a quienes comienza a llamar extranjeros siendo sus mismos hermanos. Ya vemos que el tema de los nacionalismos es muy viejo y tiene en todas partes las mismas connotaciones, pues el egoísmo es de la misma edad del ser humano y esto siempre ha arrastrado las mismas tragedias.
Pero lo realmente triste es ver que el pueblo ha perdido el sentido común que ayuda a tener la suficiente capacidad para ver y discernir lo que está bien y lo que está mal, lo que es tiniebla y lo que es luz, lo que es mentira y corrupción y lo que es la verdad y la justicia… Cuando un pueblo llega a esta situación tiene firmada su sentencia de muerte, pues lo triste es que encima se cree que está en lo cierto y no hay posibilidad de cambio. Hay procesos, como éste, que son irreversibles y que no tienen más solución que la muerte por autodestrucción.

Salmo responsorial Sal 84, 9ab‑10.11‑12. 13‑14

R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
“Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.”
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
El Señor nos dará lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3‑14
Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros.
A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad.
Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.
Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.
Palabra de Dios.

O bien mas breve:

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3‑10
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“VIVIR SIN FRONTERAS”

Frente a la mentalidad cerrada del nacionalismo y la exclusión del fanatismo, se presenta el proyecto de salvación que Dios ha inaugurado en Cristo para todos los hombres sin exclusión ni excepción de nadie.
Pablo presenta a Jesús como el realizador supremo del plan de Dios, todo tiene sentido y lugar en Cristo, pues en Él hemos encontrado nuestra dignidad, nuestro sentido de existir y la seguridad de nuestra salvación que fundamenta nuestra esperanza.
Este proyecto nuevo de Dios era impensable en la antigua Alianza, hecha con un pueblo concreto y reducido, ahora se ha abierto a todos los hombres, los de Israel y los de fuera, ha sido la naturaleza humana entera la que ha sido levantada; desde Cristo, cualquier hombre, de cualquier raza, pueblo, lengua o nación puede levantar su cara y llamar a Dios Padre.
Pablo reconoce esto y se da cuenta de la riqueza que Dios ha otorgado al hombre sellándolo con su Espíritu, que es la realidad que atestigua la pertenencia a Dios y no a ninguna otra fuerza, régimen político, institución religiosa o poder establecido en el cielo o en la tierra; nos ha concedido la libertad suprema de los hijos de Dios, los hijos de la LIBERTAD.
La vida, pues, de un cristiano transcurre en un continuo devenir, no está anquilosada en posturas cerradas, siempre está abierta al Espíritu que anima al “Nuevo Pueblo” de “Hombres Nuevos” semejantes a Cristo.

Aleluya cf. Ef 1, 17‑18
El Padre de nuestro Señor Jesucristo
ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que comprendamos cuál es la esperanza
a la que nos llama.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 7‑13
Los fue enviando

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió:
-“Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa”
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“EL POLVO QUE SE PEGA EN EL CAMINO”
Jesús ha vuelto a su pueblo, Nazaret y ve que la gente se cierra al mensaje que lleva; no quieren reconocer en Él la presencia de Dios.
Con esa sensación de tristeza tiene que abandonar su pueblo y prosigue su camino anunciando el reino e invitando a un grupo de amigos a tomar conciencia y hacer suyo el programa del reino, para que se conviertan en proclamadores de la misma noticia.
Deja bien clara cuál es la imagen y las características de sus discípulos: les ordena que vayan ligeros de equipaje: “Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más”. No acepta que sus vidas estén supeditadas al dinero, al vestido, a la comida, a la vivienda… “No lleven ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja”. Es decir: deja bien claro que su mensaje no está en manos del poder ni supeditado a las fuerzas del dinero y de la seguridad del mundo.
Ante la lectura de este párrafo siempre me ha quedado la pregunta en el aire: ¿Qué ha pasado para que esto que dijo Jesús se haya quedado tan lejos que suena casi a estupidez? ¿Quién se cree esto? ¿Quién lo hace? Y además, estoy seguro que alguien al leer esto me ha de tachar de radical. ¡Ojalá lo fuera! Pero viviendo, no hablando, pues las palabras, es muy fácil lanzarlas al viento.
Es probable que escurramos el bulto diciendo que se trata de una utopía o de un género literario, o de una situación muy distinta a la que hoy vivimos, en donde es imposible hacer esto. Yo doy testimonio de que no es imposible y a quien tiene el coraje de hacerlo, no le falta nada.
Hay algo que no nos atrevemos a sostener y, buscamos rodeos por todas partes para darle de lado al mandato de Jesús y hablamos de nuevos métodos, nuevos brios, nuevos… No hay novedad más grande que la vida vivida con entusiasmo, aquello mismo que tuvieron los primeros discípulos, pero el problema está en querer casar algo que el mismo Jesús dijo que era un matrimonio imposible: Dios con el dinero
No es la fuerza del poder ni del dinero ni las grandes estrategias de la política o de la cultura, ni las grandes concentraciones manifestándose las que van a hacer que cambie la sociedad ni que el hombre de este siglo encuentre a Dios…
Se necesita volver a la conversión, experimentar vivencialmente que Dios está por encima de un alto nivel económico o de vida, o de una gran producción o posesión de cosas que nos dan más comodidad.
En un mundo que solo tiene una meta “Tener” más, para consumir más, lo único que convence es un creyente que vive feliz de forma completamente contraria, alguien que nos demuestra con su vida que no es más rico ni más feliz el que más cosas tiene, sino el que es capaz de disfrutar, compartiendo con generosidad, lo poco que tiene; alguien que nos demuestre con su vida que el que no es capaz de amar es un fracasado, aunque tenga todos los dineros del mundo.
Todo esta manera de pensar se nos ha ido pegando a los cristianos en el camino de la historia y nos hemos ido acomodando a la cultura y perdiendo nuestra originalidad, hasta el punto de no distinguirnos ya en nada y cuando alguien hace algo, se le mira con recelo y hasta nos escandalizamos cuando alguien se le ocurre repetir lo que dijo Jesús.

DOMINGO XIV DEL T.ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Ezequiel 2, 2‑5
Son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos

En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía:
-“Hijo de Adán, yo te envío a los israelitas, a un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han ofendido hasta el presente día. También los hijos son testarudos y obstinados; a ellos te envío para que les digas:”Esto dice el Señor.” Ellos, te hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos.”
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“EL COLMO DEL AMOR”

La liturgia de hoy nos presenta el momento en que es llamado el profeta Ezequiel: es una situación muy dura, pues el pueblo le ha vuelto la espalda a Dios, se ha rebelado y ha roto con toda la tradición que ha recibido de sus antepasados; es un pueblo que ha renegado de su historia y ha cogido unas costumbres pervertidas.
A este pueblo, que ha renegado de su Dios y de su cultura, de sus costumbres y vive obstinado y empedernido, Dios llama a Ezequiel para que vaya, hable en su nombre y le advierta de lo que le va a ocurrir si es que sigue obstinado en seguir por este camino.
De antemano le advierte que no le van a escuchar, pues es un pueblo rebelde.
La misión no es nada atrayente ni agradable. Lo importante para Ezequiel es permanecer en la escucha de lo que Dios le vaya indicando; su único apoyo será Dios, no debe buscar otra cosa, pues del resto que le rodea no va a recibir sino problemas e incomprensión
Efectivamente, la misión es dura, desagradable, difícil… porque no hay aliciente alguno y lo que se encuentra son corazones cerrados y endurecidos, mentes obstinadas y seducidas con una moral completamente relajada y donde se han perdido todos los valores.
Es un terreno hostil a la semilla del reino, pero sin embargo, a pesar de que el pueblo no quiera escuchar ni recibir el mensaje, Dios deja que su palabra quede entre ellos por si alguien, en algún momento, quiere acogerla, pero jamás Él va a forzar la libertad de nadie obligándole a seguir sus caminos. De la misma manera, tampoco Dios va a obligar a que alguien asuma lo que no ha buscado. Dios se pone en medio, se regala, por si a alguien le interesa.
Si hubiera que poner un símbolo se me ocurre que Dios decide ser como una lámpara que se enciende y no pretende otra cosa que alumbrar, aunque la gente llegue a la habitación y no repare en nada y si alguien se da cuenta de la lámpara, todavía es capaz de romperla en lugar de valorarla.
Ese es Dios, así nos quiere, así le importamos y, encima, soporta el que lo difamemos, lo insultemos y hasta lo despreciemos.


Salmo responsorial Sal 122, 1‑2a. 2bcd. 3‑4

R/. Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores. R/.
R/. Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.
Como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor,
Dios nuestro, esperando su misericordia. R/.
R/. Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos. R/.
R/. Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 7b-10
Presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo

Hermanos:
Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido:
“ Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad.”
Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo.
Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“UN INSTRUMENTO INCONDICIONAL EN MANOS DE DIOS”

S. Pablo quiere dejar bien claro a los corintios que lo que él hace no es un gusto suyo ni una distracción con la que disfruta; ellos, precisamente no le están dando motivos de satisfacción ni ánimos para seguir adelante, más bien habría que decir todo lo contrario, ya que le están resultando una pesadilla que le está haciendo derramar muchas lágrimas.
Por otro lado, él estaba muy a gusto en su situación antigua, en la que lo tenía todo y gozaba del apoyo y el reconocimiento de su pueblo y de su gente.
Por otro lado, es su misma naturaleza humana la que se le resiste y se rebela a afrontar lo que se le presenta y no se siente con ánimos a hacer lo que está haciendo; es decir: no es ninguna perita en dulce lo que le ha caído, lo que hace, no es su gusto y su disfrute lo que le empuja a hacerlo, no son intereses particulares de ningún tipo, sino Dios, la fuerza de la evidencia que ha tenido, que no puede apartar su vista ni hacerse el sordo ni el loco, es algo que no puede ignorar ni autoconformarse callándolo o dándole la espalda, eso sería traicionarse a si mismo y eso no lo va a hacer; por eso no quiere echarse flores ni colgarse méritos, lo que está haciendo es porque no tiene más remedio, es Dios quien lo está forzando y es Dios quien lleva todo el plan y hace que las cosas vayan adelante, a pesar de su misma debilidad; como humano que es, tiene defectos y debilidades y es lo único que él se reconoce propio: su debilidad, su inutilidad. Tiene bien claro que no es él, sino la fuerza de Dios la que está utilizando incluso su propia debilidad.
Lo que él les ha enseñado no lo ha aprendido en ninguna universidad, ni se lo ha enseñado ningún maestro; ha sido el mismo Cristo quien directamente se lo ha mostrado, por tanto no es ninguna conclusión particular que él haya sacado ni la verdad que predica es suya, ni se trata de su opinión particular.
Por eso, oponerse, poner en duda o despreciar lo que les está diciendo es oponerse al Jesucristo y Él sabrá dar su merecido como lo haría con él si es que no es fiel a lo recibido.

Aleluya Lc 4, 18
El Espíritu del Señor está sobre mí;
me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 1‑6
No desprecian a un profeta más que en su tierra

En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
-“¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?”
Y esto les resultaba escandaloso.
Jesús les decía:
-“No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.”
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“VOLVER A ENCONTRARNOS CON ÉL”

El acontecimiento lo sitúa Marcos a la vuelta del lago, después del encuentro con Jairo y con la hemorroisa De Jesús se habla ya por todas partes y la gente se queda asombrada. Ahora llega a su pueblo y el asombro es total. En su pueblo lo conocen todos, lo han visto desde pequeño, nunca lo vieron que fuera a una escuela rabínica para aprender a explicar las escrituras, ni se le conoció jamás como una persona muy interesada en los ritos que se hacían en el templo, ni estaba demasiado preocupado por los asuntos religiosos, más bien lo conocían como un hombre de bien que ayudaba a entender la vida de una forma diferente a como lo hacían los expertos en religión y en asuntos del templo y de la ley.
La gente empezó a hablar de Él como de un sabio que comunica la experiencia de Dios e invita a vivir bajo la fuerza del amor.
Pero sus vecinos no fueron capaces de salir del asombro y superar los prejuicios de los que estaban imbuidos.
Jesús no hace ningún milagro en su pueblo, no porque no pudiera, sino porque su pueblo en bloque estaba incapacitado para ver otra realidad distinta a la que vivía y no fueron capaces de descubrir en Cristo la presencia de Dios y de su reino, sino todo lo contrario y, desgraciadamente, los más cerrados fueron los de su propia familia.
La gente está anquilosada y es incapaz de salir de los esquemas en los que ha vivido metida, está incapacitada para ver otra cosa que vaya más allá de lo que palpan.
El problema que tienen es el “origen” de la fuerza milagrosa de Jesús, de su sabiduría, de su autoridad… ¿de dónde le viene todo eso?
Ellos conocen su familia, su ambiente, han estado a su lado desde que era pequeño y están cerrados, no ven más allá, no han calado a la persona. Para ellos, de esa situación en la que viven no puede salir nada bueno, para ellos todo el que diga algo fuera de tono es que va buscando otra cosa, es un impostor, alguien que está renunciando de su origen… todo lo que sea salirse de los esquemas establecidos en los que están metidos es considerado un engaño, algo que viene, es inaceptable.
Y Jesús siente una tristeza enorme al ver cómo su pueblo ha perdido por completo la capacidad de discernir; no son capaces de tener una visión crítica de la realidad y de la vida, no llegan más allá de donde alcanza la cuerda del pesebre al que están amarrados, no hay posibilidad de mirar más arriba; tienen un corazón de esclavos: la esclavitud mayor es la que incapacita la mente y el corazón, cosa a la que se puede llegar de muchas maneras y por muchos motivos.
Quizás pueda ayudarnos la actitud de los paisanos de Jesús para entender muchas cosas de las que a nosotros nos ocurren: ellos se anquilosaron en la rutina en la que vivían y no fueron capaces de entrar en Jesús, se acomodaron a un conocimiento superficial y llegaron a creer que lo sabían todo de Él cuando lo desconocían todo. Quizás nos puede dar la clave de nuestra situación en la que vemos cómo miles de “cristianos de siempre” no avanzan jamás y mueren en la rutina de unos cuantos ritos a los que se aferran y se escandalizan cuando la actuación de Jesús les golpea, eso lo estamos viendo a diario en nuestras comunidades.
En cambio, cuando uno se acerca a Jesús, cuando te encuentras con Él, ya no importa tanto la doctrina, las leyes, los ritos… aunque no se desprecien, pero dejan de ser lo fundamental para dar paso a una experiencia de amor y de amistad que se convierte en puto clave de referencia para la vida.
Es muy probable que en la iglesia hayamos olvidado durante mucho tiempo esta dimensión y hayamos acentuado demasiado la doctrina, las leyes, la institución… y no hemos conocido a Jesús aunque creíamos saberlo todo de Él.
Pienso que tenemos que volver a Él, dejarnos curar por Él, experimentar su fuerza, que nos vaya dando la libertad y nos haga perder el miedo a salir de la mediocridad y de la rutina en la que vivimos.